LA CLAVE
3.410
personas al día de media pernoctaron en la red vasca, de las 21.648 que lo hicieron a nivel estatal
LA DIFERENCIA
En el ámbito nacional el 23,7% de los equipamientos son públicos, porcentaje que en Euskadi se eleva al 57,4%
«la mayor profesionalización de los equipos humanos que los atienden», con un 73,6% de personal asalariado frente al 49,5% en el resto de España.
El gasto de la red de servicios sociales vasca creció hasta los 76 millones de euros -el 90% sufragado por las administraciones públicas, sobre todo ayuntamientos y diputaciones-, un 15,8% más que dos años antes. La mayor parte (63,2 millones) se destinó a los centros con alojamiento, de los que más de la mitad estaban orientados hacia personas «sin situaciones concretas», recursos que se adaptan «a las diferentes necesidades de emergencia».
Más pisos, menos albergues
Entre los que atienden a perfiles afectados por realidades específicas, el 34,3% estaban dirigidos a inmigración y un 26,1% a personas con adicciones. El porcentaje más alto (35,8%) estaba especializado en víctimas de violencia de género o trata, con 270 plazas. «Se les proporciona una vivienda en localización desconocida para el agresor y, en muchas ocasiones, se alojan con sus hijos e hijas», aclaran desde el Eustat.
Otra de las características que ponen de relieve los organismos estadísticos es «el menor tamaño» de los centros vascos, que han sufrido una importante variación en una década. Los albergues ofrecían en 2012 el 21,52% de las plazas, mientras que en 2022 eran el 17,45%, ya que la incorporación al sistema de pisos y apartamentos ha crecido en mayor proporción.
Una trabajadora prepara las literas de uno de los albergues del País Vasco. IGOR MARTÍN
Euskadi consolida la mayor red de pisos y albergues para personas sin recursos
Gana en una década 2.000 plazas para 'sin techo' o víctimas de violencia de género, y acumula ya el 16% de las disponibles en España
ALBA CÁRCAMO
BILBAO. La red vasca de atención a personas sin hogar ha dado un importante salto en una década, en la que ha ganado casi 2.000 plazas de alojamiento. Así, Euskadi disponía en 2022 de un total de 276 centros y servicios de los que 230 ofrecían 4.314 camas diarias dirigidas a 'sin techo', mu
jeres víctimas de violencia de género, personas en proceso de desintoxicación, con enfermedades de larga duración, trastornos mentales... Suponen el 16,2% del total de plazas a nivel estatal, donde el País Vasco es la comunidad con mayor oferta, muy por delante de la segunda y la tercera, Madrid (2.989) y Cataluña (2.810). Esos son algunos de los datos que destacan el INE y el Eustat, que publicaron ayer la Estadística de recursos para personas sin hogar. A lo largo del pasado año, pernoctaban de media al día 3.410 personas en los pisos y albergues vascos, el 15,7% de quienes recurrieron a este tipo de ayuda en España (21.684 personas). El porcentaje es alto teniendo en cuenta el peso poblacional de Euskadi, que no llega al 5%, si
bien es cierto que se trata de una región con más recursos disponibles; fronteriza con otro país, lo que atrae a muchos migrantes que quieren cruzar a Francia; y con urbes de tamaño medio y grande.
La tendencia de las personas sin hogar a concentrarse en ciudades, de hecho, se aprecia también en esa distribución de los servicios, que están habilitados mayoritariamente en las tres capitales. En Bilbao se situaron el 75,7% de las plazas de alojamiento vizcaínas; en Vitoria el 96,4% de las alavesas; y en San Sebastián el 41% de las de Gipuzkoa, donde existe una mayor distribución por la provincia.
A nivel estatal, el número de personas acogidas creció un 22% con respecto a la anterior esta
dística, mientras que en Euskadi «se produjo un descenso del 1,8%». La principal razón es que, en el País Vasco, durante el año más duro de la pandemia, la atención se disparó, por lo que en 2022 volvió a estabilizarse. En el caso de los desayunos, comidas y cenas que se dispensaron de forma diaria, por ejemplo, el año pasado ascendieron a 4.472, un 20% menos que en 2020, cuando las calles quedaron vacías por las restricciones y las administraciones establecieron alojamientos de emergencia en polideportivos y otras instalaciones públicas.
Teniendo en cuenta la titularidad de los centros, en el ámbito nacional el 23,7% eran públicos, porcentaje que en Euskadi se elevaba al 57,4%. De ahí, en parte,