La huella digital es una de las formas de fichar en el trabajo para llevar el registro horario. BERNARDO CORRAL
Inspección detecta abusos en más de la mitad de los controles del horario laboral en Euskadi
Ha encontrado irregularidades en 4.008 empresas de las 7.725 investigadas desde que se implantó el registro de jornada en 2019
ANA BARANDIARAN
SAN SEBASTIÁN. Desde mayo de 2019 existe en España la obligación de que las empresas cuenten con un registro de jornada que marque bien la hora de inicio y finalización. Han pasado cuatro años y medio desde que entró en vigor la regulación y, por mucho que la pandemia y el confinamiento entorpecieran su aplicación, sus resultados no han satisfecho las expectativas. Es al menos lo que se deduce de la intención manifestada por la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, de incluir esta materia en la mesa de diálogo que se va abrir este jueves para abordar la reducción de jornada comprometida por el PSOE y Sumar desde las 40 horas semanales actuales hasta las 38,5 horas este año y las 37,5 en 2025. No ha concretado sus planteamientos sino solo el deseo de reforzar el sistema que implantó su antecesora, la socialista Magdalena Valerio.
Euskadi tiene transferidas las competencias en todo lo referido a la contratación y, por tanto, tam
bién entra dentro de su responsabilidad el control de la jornada laboral. La responsable de la Inspección en el Gobierno Vasco, Iciar González, explica a este periódico que este área es la que más denuncias concentra y presenta una elevadísima tasa de irregularidades. «Más de la mitad de las actuaciones que hemos llevado a cabo en este asunto han terminado con un acta de infracción o un requerimiento», explica.
Denuncias sindicales
Desde que se implantó el registro horario en 2019, la Inspección ha investigado a 7.725 empresas por asuntos relacionados con el cumplimiento de la jornada laboral y
en un 52% de los casos se han detectado irregularidades. En concreto, 1.666 expedientes han terminado con actas de infracción a las compañías y la correspondiente sanción mientras que a 2.362 se cerraron con un requerimiento para la subsanación de lo que esté mal.
Solo en el pasado ejercicio se realizaron 2.055 investigaciones que se saldaron con 514 actas de infracción y 494 requerimientos. Según detalla González, la mayoría de estas actuaciones de la Inspección responden a denuncias, principalmente de los sindicatos. «En torno a un 75% nos llegan por esta vía y el otro 25% se deben a campañas que
acometemos de oficio», precisa. Entre las irregularidades que han detectado los inspectores figura la falta de registro horario o que el sistema utilizado no recoge de forma veraz las horas que dedica el trabajador. «Se encuentran casos en los que está diseñado para que de forma automática se anote la jornada pactada y no la que realmente se hace» señala.
«Hay sistemas diseñados para que conste la jornada pactada y no la real», dice la responsable de la Inspección en Euskadi
Nueva campaña para revisar más de 4.200 contratos por indicios de fraude
A. BARANDIARAN SAN SEBASTIÁN. La Inspección de
Trabajo del Gobierno Vasco pondrá en marcha esta semana su primer plan de choque del año 2024 contra el fraude en la contratación. Esta campaña tiene en el foco a un total de 1.843 empresas vascas con indicios de irregularida
des en los contratos que afectan a 4.243 trabajadores. A estas compañías se les enviará cartas -esta vez por vía electrónica y no postal- para que regularicen su situación y, en caso de no hacerlo, se les inspeccionará para comprobar si todo está en orden.
El listado de empresas sospechosas se ha obtenido con la de
nominada 'herramienta de lucha contra el fraude' del Ministerio de Trabajo, que utiliza tecnología 'big data' para detectar patrones de fraude en las empresas. Se lleva aplicando con gran éxito en los últimos años porque un alto porcentaje de las compañías señaladas tenía a sus trabajadores en situación irregular.
A pesar de la relativa facilidad con la que se puede falsear, la responsable de la Inspección en Euskadi considera que es un instrumento «buenísimo» y aplaude su obligatoriedad. «A nosotros nos ayuda mucho. Si hay una denuncia vamos a la empresa y lo pedimos. Luego tenemos nuestros propios medios para cotejar si es veraz. Si pone que un trabajador se va a las cinco y vamos dos días a la empresa y está a las ocho levantamos acta de infracción», dice. Asegura que la Inspección se está reforzando para realizar este tipo de investigaciones porque «el control de la jornada es una prioridad».
Los sindicatos, sin embargo, consideran que la regulación es muy mejorable. Uno de los puntos débiles que apuntan son las bajas sanciones. No tener registro o la utilización de uno defectuoso se considera una infracción grave y como tal la multa oscilaría entre un mínimo de 751 y un máximo de 7.500 euros, con lo que puede compensar no tenerlo. «Pero no hay que olvidar el daño reputacional y que se abriría la posibilidad de reclamar las horas extras con la indemnización correspondiente. Aparte de que la sanción se endurecerá en caso de reincidencia», defiende González. En ELA, sin embargo, creen que la regulación «debería establecer un sistema concreto que permita hacer seguimiento con facilidad desde el comité de empresa», según apunta Mari Cruz Elkoro, secretaria general de la Federación de Servicios Privados. Destaca que el sindicato ha tomado iniciativas como la de pactar un registro digital en el convenio de la hostelería de Gipuzkoa.
«Hay muchos registros falseados en los que, por ejemplo, solo se permite al trabajador fichar hasta las seis y luego se queda trabajando hasta las ocho. Yo creo que la idea de la ministra es potenciar la Inspección en esta materia con medios digitales», apunta Dani González, secretario de Política Sindical e Institucional de UGT-Euskadi. «Hace falta una ley más restrictiva y multas mayores», señala Juanjo López, desde CC OO-Euskadi.
En esta ocasión el foco se ha puesto el foco en tres modalidades de fraude. En el primer caso (523 empresas y 993 trabajadores afectados) se analiza si los contratos temporales han superado los plazos permitidos. En el segundo (853 compañías y 2.494 empleados) se mide el tiempo que el trabajador lleva como eventual en esa firma y el tercer apartado se refiere a los fijos discontinuos (467 empresas y 756 contratos), la modalidad que permite mandar al paro a los trabajadores durante los periodos de inactividad.