Gestión
La sabiduría de una mujer única
Cada ser humano es solo uno y no podemos actuar de forma distinta en el trabajo que en nuestra vida privada. Si se hace, sería la constatación de una dualidad manifiesta.
fijándonos en como gestionamos las conversaciones con los hijos. Escuchar es una de las cualidades imprescindibles para un líder y también para los padres, mientras que opinar es de las peores enfermedades que solamente se cura aprendiendo a preguntar: la gran medicina. La imaginación que crea nuevos escenarios es un juego que funciona con los niños porque ayuda a jugar de forma distinta y más intensa; Helena nos explica como usa la imaginación en la empresa obteniendo resultados espectaculares.
Cada historia es un reto de tal magnitud que creo que haberlo leído una vez no es suficiente. Me gustaría resumirlo, apuntar en un documento los puntos clave de los que trata. Me gustaría acordarme de todo, saber hacerlo como ella que lo narra con tanta naturalidad. He sentido que ella ha recorrido un camino mucho más fértil que el mío. He aprendido que todavía me queda muchísimo por aprender y en algunos momentos he pensado que no he sabido hacerlo suficientemente bien.
Defiendo constantemente que el gran cambio que estamos viviendo tiene factores como el desarrollo tecnológico que lo explican, pero cuando profundizamos, nos damos cuenta inmediatamente que hemos cambiado muchas actitudes personales gracias a la incorporación de las mujeres a las empresas en igualdad.
Las empresas y los países -como se ha demostrado en la gestión del COVID en países liderados por mujeres- les deben mucho a ellas. Me gusta contar que hoy los hombres hemos recuperado nuestra importante componente femenino y las mujeres su parte masculina. Estamos acabando con muchos de los tópicos del macho fuerte e insensible y la fémina sometida y llorona.
Muchas de las empresas que he visitado y con quienes he trabaja
XAVIER OLIVER
Profesor de IESE Business School
Acabo de terminar un libro
que me ha apasionado: Todo lo que aprendí de mis hijos y no me enseñaron en la escuela de negocios de Helena Guardans Cambó, publicado en catalán, castellano e inglés simultáneamente. Es una pequeña obra de arte que demuestra una exquisita sensibilidad a la vez de una maravillosa capacidad de unir las experiencias profesionales con las personales.
Varias veces he escrito en esta columna que cada ser humano es solo uno y no podemos actuar de forma distinta en el trabajo que en nuestra vida privada. Si lo hacemos, deberíamos ir a tratarnos de inmediato porque sería la constatación de una dualidad manifiesta que produce grandes alteraciones de la personalidad. Helena defiende esa interrelación de forma simple y directa. Aprovecha lo que ha aprendido en su empresa para usarlo en sus relaciones en casa, con sus hijos y al revés, ya que muchas de las 27 historias que nos cuenta, comienzan con su experiencia como madre y cómo la utiliza en su empresa de más de 4.000 personas.
Pocos libros llegarán a inspirarles tanto como este, porque no habla de lo que predicamos en las escuelas de negocios, sino que se centra en las actitudes, experiencias y en el alma de las personas. En lo más íntimo y a veces tan olvidado.
Es sorprendente que cada historia nos haga tocar de pies a tierra, porque seguramente lo que cuenta nos haya pasado a todos en la cotidianeidad de nuestras vidas. Empleados que no entienden lo que los demás captan a la primera. Niños que actúan escondiéndose o, al contrario, mostrando su intuición exagerada. Problemas en las reuniones que pueden resolverse
LA CLAVE
ESCUCHAR ES UNA CUALIDAD IMPRESCINDIBLE PARA UN LÍDER Y PARA LOS PADRES
do en los últimos años, tienen formas de dirección que tienen mucho que ver con un matriarcado. Si les cuesta creerlo, vean lo que piensan los estudiantes de Google que consideran que es una empresa extraordinaria por el cuidado que tienen de sus empleados: comida, gimnasio, ayudas a la formación, capacidad de iniciativa y decisión desde el primer día… ¿Cuidados maternales
Seguramente lo podríamos denominar así porque parece a lo que está en el ADN de las madres -y de muchos hombres hoy- el cuidar de sus hijos. Esta forma humanista de liderar es la opuesta a la de "te pago para que hagas lo que te digo" muy cercana al hombre de antaño y algunos de hoy. Es la contraria a yo -hombre- soy quien sabe y por ello juzgo tu desarrollo.
Tu opinión cuenta muy poco. Como nos cuenta Helena, el hombre es a menudo asertivo mientras que la mujer se culpa por no haberlo hecho todo lo bien posible y eso les brinda cualidades únicas a la hora de liderar.
Conocí a Helena cuando tenía su empresa Singular en la calle Muntaner de Barcelona. Posteriormente formó parte del grupo BBDO España que yo presidía y entró en Sellbytel después de ir a visitarles a Nurenberg. Actualmente la empresa es del grupo Webhelp.
En todo el tiempo que compartimos siempre admiré y sigo admirando a esa mujer tan llena de vitalidad, sabiduría y con una humanidad absolutamente desbordante. Una vez más, me ha desbordado su inteligencia unos gases que no entienden de fronteras.