Organizar las terrazas
Restauradores y comerciantes no dan por perdida la batalla y esperan que el lunes próximo, terrazas y comercios puedan abrir. Por eso, Barcelona Oberta, Barcelona Comerç y el gremio de restauración han creado un equipo de profesionales, con técnicos de las tres entidades, para agilizar las tramitaciones de los restauradores en sus peticiones de apertura o crecimiento de terrazas. Una decisión que fue anunciada por el consistorio la semana pasada para ayudar a la reactivación económica y ampliar el espacio público a costa del coche. Los restauradores proponen que se trate de una "comunicación" previa a la ocupación y que luego los técnicos municipales las revisen.
el lunes se han sumado entre un 10% y un 20% más. La fundación Barcelona Comerç se posicionó ayer en contra del criterio restrictivo de la Generalitat e insistió en que se levanten las restricciones para la apertura comercial.
Si los ejes comerciales de las zonas más turísticas de la ciudad calculaban, según una encuesta a sus asociados, que un 35% de los negocios no podrán abrir de nuevo tras la crisis, el impacto en la actividad de los ejes de los barrios se prevé más desigual, aunque en Barcelona Comerç dan por sentado que habrá cierres de negocios. La capital catalana tiene unos 60.000 comercios de proximidad que contribuyen en buena medida al 14,4% del PIB de la ciudad. Para los 9.000 bares y restaurantes de Barcelona que aguardan poder abrir las terrazas, la posición de la Generalitat de que la ciudad debe esperar a pasar a la fase 1 es un "desastre", en palabras de Roger Pallarols, presidente del gremio que los agrupa. Pallarols considera que la Generalitat se equivoca y que el Gobierno central debe rectificarle: "La situación es crítica. Hay miles de personas que esperan recomenzar a trabajar. No debemos dejar que el coronavirus gane la batalla de la destrucción de la economía".
Una terraza cerrada en un restaurante de La Rambla de Barcelona. / CARLES RIBAS
El comercio carga contra Torra por no suavizar el confinamiento en Barcelona
BLANCA CÍA, Barcelona El coronavirus ha minado la salud de los ciudadanos pero no debe matar la economía. Esa idea era compartida por la patronal de la pequeña y mediana empresa (Pimec), comerciantes y el gremio de restauración ante la posición de la Generalitat de
mantener a Barcelona en la fase 0. Si la semana pasada el disgusto de esos dos amplios sectores de la economía fue notable porque la capital no daba el primer paso de la desescalada, ayer Roger Pallarols, presidente de los restauradores, confiaba en que el Gobierno central rectifique a Quim Torra.
"Entiendo todas las razones e indicadores sanitarios pero también debemos evitar entre todos que la pandemia provoque, también, la muerte económica", apuntaba Àlex Goñi, presidente de Pimec Comercio, muy crítico con la actitud del Govern y que el viernes pasado, en una reunión con el president Torra, le alertó de la urgencia de la apertura comercial. Goñi asegura que los comercios están asfixiados económicamente y que no se les puede exigir más: "Todos se han preparado para poder abrir, cumpliendo los protocolos, instalando mamparas y teniéndo
lo todo a punto y está demostrado, como pasa en el sector de la alimentación, que la gente hace cola y que se puede garantizar la distancia de seguridad".
El directivo de Pimec instó ayer al Ayuntamiento, en una reunión del Pacte per Barcelona, a que ayudara en todo lo que fuera posible para que la ciudad pase ya a la fase 1. En ella, los comercios de menos de 400 metros cuadrados y que estén fuera de los centros comerciales pueden retornar a la actividad con una limitación del aforo y cumpliendo las indicaciones sanitarias.
Mientras, cada vez son más los comercios que esta semana han subido las persianas con el sistema de la cita previa. Tiendas de moda, de ropa para el hogar, zapaterías y negocios de electrodomésticos de ejes como el de Rambla del Poblenou, la avenida Gaudí, Gran de Gràcia o paseo de Maragall han abierto en un intento de recuperar el pulso e ingresar algo después de dos meses de parón. Según Barcelona Comerç, que agrupa a 5.500 comercios de 23 ejes de los distritos, si la semana pasada fueron un 15% los que abrieron con ese sistema, desde