RADARES CANINOS QUE DETECTAN ENFERMEDADES
Son prodigiosas máquinas de rastreo
capaces de oler el miedo, la enfermedad o la muerte. Los 300 millones de receptores de sus fosas nasales convierten al perro en un eficaz instrumento de cribado que ayuda a diagnosticar algunas patologías como el cáncer o el Covid-19
ESTHER ARMORA
BARCELONA
L s
os perros viven a través de su olfato. Lo han hecho desde tiempos ancestrales, cuando empezaron a acercarse a los asentamientos humanos en busca de alimento a cambio de protección.
Durante millones de años, los canes se han servido de su prodigioso sentido para relacionarse con el entorno y sobrevivir. También para estrechar vínculos con el hombre, «su mejor amigo», tal como lo definió en 1870 durante un juicio el abogado estadounidense George Graham Vest Su extraordinaria capacidad olfati
va (sus fosas nasales tienen 300 millones de receptores olfativos mientras que los humanos solo poseen cinco o seis millones) les permite oler el miedo, las emociones, las enfermedades, y hasta la muerte.
Son varios los casos que han trascendido de gatos y perros que han mostrado su capacidad incluso de predecir un óbito. El primero y más conocido es el de Óscar, el gato de un geriátrico de Rhode Island (EE.UU.) que se recostaba junto a los ancianos del centro el mismo día en que fallecían. Se le conoció como «el ángel de la muerte». En los últimos años, la ciencia ha constatado además la capacidad de estos animales para detectar enfermedades solo por
el olor. ¿Qué es lo que huelen? La revista 'Nature' abordó desde la comunidad científica esa misma cuestión el 23 de noviembre de 2020. Los investigadores sospechan que en algunas patologías se emiten al ambiente unos compuestos volátiles orgánicos (VOCs, por sus siglas en inglés), sustancias químicas de origen orgánico que, en ciertas enfermedades e infecciones, pueden ser expulsadas por el cuerpo causando un olor que perciben los canes.
Cáncer de pulmón
Publicaciones médicas internacionales han certificado el potencial de los perros como radares de detección de algunas patologías como el cáncer, la hipoglucemia en pacientes con diabetes, el párkinson, la lepra o la malaria. Entre los ensayos con mejores resultados impulsados en España figura uno de 2017 liderado por el Hospital Clínic de Barcelona que demostró que un perro entrenado es capaz de detectar el cáncer de pulmón en muestras de aire exhalado con una fiabilidad del 95 por ciento. El grupo International Detection Dogs Team (IDDT) lleva años preparando a estos animales para la detección, la biodetección
(enfermedades), la seguridad y las emergencias, la asistencia y las terapias. Desde el centro de instrucción canina Terra de Gossos', situado en Vilanova i la Geltrú (Barcelona), profesionales de IDDT adiestran a canes, en su mayoría procedentes de protectoras, en varios ámbitos. Les enseñan a oler enfermedades como la lepra y la hipoglucemia en diabéticos, y ahora están a punto de cerrar un proyecto para olfatear el Covid-19.
Marga Macías, directora de IDDT, modela los canes para diversos servicios, «respetando siempre su personalidad». «Enseñamos a los perros a dar sentido a un olor. No es lo mismo un perro que detecta que un perro de detección, que es capaz de gestionar la señal que recibe en un entorno determinado», aclara la experta. Una de las claves de un buen adiestramiento es, según indica, «la selección del animal».
«Deben ser perros con una muy buena motivación y capacidad de resiliencia. Es importante no inhibir el comportamiento de especie del animal, sino redirigirlo a la función adecuada», dice Macías y pone un ejemplo. «Si en el circuito exterior en el que, a través del juego, ob-
ENTRENAMIENTO DE PERROS RASTREADORES
Funcionarios tailandeses observan a un perro labrador que se sienta tras detectar una infección por Covid en muestras de sudor humano, en el Hospital de Entrenamiento de Animales Pequeños, en la Universidad de Chulalongkorn, en Bangkok // efe
Perros rastreadores // Cribado de enfermedades
I
UN DÍA EN EL CENTRO DE ADIESTRAMIENTO
Marga Macías, directora de International Detection Dogs Teams (IDDT), comparte juegos con su perro Brie, de tres meses, en el centro de adiestramiento Terra de Gossos' // adrián quiroga
potencial de cribado
UN ESTUDIO PUNTERO ADIESTRARÁ A
perros para que sean capaces de rastrear el sars-cov-2 en 300 muestras
POR HORA
servamos su capacidad de detección de un objeto, vemos que destroza el receptáculo que lo esconde intentando rescatarlo, obviamente este perro será útil para la detección de drogas pero no de explosivos», explica a este diario poco antes de abrir las puertas a Ginger, un labrador de seis años, para que demuestre sus habilidades localizando objetos en la pista al aire libre.
El animal llegó al centro procedente de la protectora cuando tenía un año y, por su carácter tranquilo y habilidades, ha sido instruido para olfatear la hipoglucemia en diabéticos. «Es perfecto para vivir en un domicilio y ha sido adiestrado para detectar a través del aliento de su dueño una bajada de los niveles de glucosa», dice Macías, que lleva 35 años en el sector y es miembro de la Cátedra Manuel Ballbé de Seguridad Humana y Derecho Global de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB). Nicola Zierke, Instructora del Area de Biodetección Canina IDDT, dirige al can en el circuito con temple y respeto. Sabe perfectamente qué zona del cerebro del animal se activa en cada fase del proceso.
«El sistema límbico regula el instinto, el perro solo reacciona. Cuando toma decisiones, la parte cerebral que se activa es el cortex», aclara. Ginger da paso a Riley un pastor belga malinois de dos años, al que los instructores se refieren como 'el huracán Riley'. Irrumpe con fuerza en el circuito exhibiendo su potencial, y tras un vertiginoso recorrido en busca del objeto le preparan para que entre en la 'sala blanca'. Allí hay varios receptáculos metálicos dispuestos en fila, separados entre sí, y colocados a la altura de su hocico. Solo uno contiene el objeto que ha sido escondido por Nicola.
En apenas segundos, el perro empuja con fuerza el que esconde la prueba. En este caso es una pelota, aunque en el ámbito de la biodetección son muestras biológicas de personas que padecen una enfermedad.
Investigaciones anteriores
¿Están estos animales facultados también para oler el SARS-CoV-2? La misma pregunta se hizo la comunidad científica tras tomar aire después de la primera sacudida del virus. Algunas experiencias iniciales apuntan que sí. Un estudio de la Universidad de Hannover (Alemania) publicado en febrero de 2021 en la revista 'BMC Infectiuos Diseases,'cifró en un 94 por ciento el porcentaje de éxito en la detección canina de esta enfermedad.
Otra investigación liderada por el científico francés Dominique Grandjean, cuyos resultados se exhibieron en la revista 'Plos One', obtuvo similares resultados. Ahora, el Sistema de Salud de Andorra (SAS) e IDDT ultiman un proyecto que, por primera vez, parte de muestras validadas por un registro sanitario, con el objetivo de ofrecer un 'screening' que contribuya a re-
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Perros rastreadores // Cribado de enfermedades
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forzar «de una forma altamente fiable» las estrategias de detección de este virus, que lleva un año amenazando al mundo. Marga Macías explica a ABC por qué es pionero el proyecto.
«La mayoría de los estudios que se han realizado parten de muestras de sudor de procedencia diversa. Las nuestras han sido validadas por el Ministerio de Sanidad y procederán de un hospital, lo que aumenta las garantías en los resultados y la seguridad en el proyecto», arguye. El grupo IDDT ha diseñado un operativo base de biodetección que, a partir de la prueba de concepto realizada con las autoridades sanitarias de Andorra y si obtiene buenos resultados, pueda aplicarse a diversos eventos para hacer de «filtro» de detección de la infección con muestras de aliento.
300 muestras en una hora
«Trabajaremos con salas blancas transportables que contendrán varias cabinas individuales en las que las personas que participen depositarán las mascarillas que previamente les habremos entregado. Las colocarán en un agujero conectado por la parte delantera de la cabina con un receptáculo en el que los perros, sin tener contacto con las personas, podrán localizar las muestras de los infectados. «Podrán olfatear unas 300 por hora. Es un sistema más rápido y barato que algunas pruebas actuales y genera pocos residuos», señala Macías.
La investigadora Cristina Arroyo, del Hospital Nostra Senyora de Meritxell de Andorra, pilotará la parte médica de la experiencia en Covid. «Tenemos la autorización del Ministerio, estamos solo pendientes del permiso de aduanas. Cuando lo tengamos, recogeremos las tomas de saliva de 35 pacientes cada semana y las enviaremos al centro de Vilanova hasta llegar a un centenar de casos, necesarios para la prueba», señala Royo.
Tanto ella como Marga Macías insisten en que la biodetección con perros está planteada como un filtro más para señalar la infección pero no como un instrumento de diagnóstico. El broche de oro a la jornada en el centro de adiestramiento de Vilanova lo pone Brie, un cachorro de tres meses de springer spaniel inglés, al que la adiestradora no pudo resistirse y adoptó. La perrita deambula distraída por el circuito, parece más interesada en las jugosas moras del suelo que en seguir el juego de sus dos profesoras. «Estoy convencida de que será un fantástico perro de biodetección», dice Marga.
Su adiestramiento se basa en el juego y la recompensa, y se utilizan las emociones para trabajar. Brie lo sabe y aprovecha su carta blanca para exhibir con descaro el papel del más díscolo de la clase. Ignora que en pocos meses será una implacable arma de biodetección.
EXPERIENCIA
PIONERA CON PERROS
PRECOZ DE LAis
Una prueba con muestras de sangre menstrual determinará si pueden oler la enfermedad
E. ARMORA
BARCELONA
Del mismo modo que son capaces de oler enfermedades como el cáncer de próstata o el de pulmón, la malaria o el párkinson discriminando entre las muestras de pacientes enfermos y las de sanos, ¿pueden los perros olfatear la endometriosis?
Esta enfermedad, que afecta al 10 por ciento de las mujeres en edad fértil y que consiste en la aparición y crecimiento de tejido endometrial fuera del útero, puede llegar a ser altamente incapacitante para las que la padecen, ya que causa menstruaciones muy dolorosas. Asimismo, un 30 por ciento de las que sufren esa anomalía en el endometrio presentan problemas de fecundidad. El doctor Francisco Carmona, responsable del Servicio de Ginecología del Hospital Clínic de Barcelona, y autor, junto al urólogo Antonio Alcaraz, del primer trasplante de útero en Espa
ña, en octubre de 2020, ha decidido, de la mano del grupo International Detection Dogs Teams (IDDT), impulsar una experiencia pionera en el mundo para determinar si perros de biodetección son capaces de oler esta disfunción del endometrio.
«Queremos ver si tienen capacidad de detectar la patología a través de muestras de sangre menstrual», avanza Carmona en una entrevista concedida a ABC en la que da detalles de cómo será esta «prueba de concepto» pionera en el mundo. «Hay moléculas en el endometrio compa-
CASI EL 95 POR CIENTO DE PRECISIÓN
El perro labrador Nasa es uno de los que han sido entrenados en Tailandia para sentarse cuando detecte Covid en las muestras de sudor humano. Tiene una precisión de casi el 95 por ciento // efe
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tibles con padecer endometriosis. Queremos ver si los perros son capaces de detectarlas», señala el facultativo. El cuadro sintomatológico de la endometriosis es variado y las pruebas diagnósticas no son siempre capaces de apuntar un diagnóstico. «Muchas mujeres presentan un cuadro clínico compatible con la enfermedad pero luego las ecografías y resonancias no ofrecen resultados concluyentes», dice Carmona. Recuerda que «a algunas pacientes, aunque no hay un dictamen médico claro, se las somete a tratamiento farmacológico y mejoran». En este contexto, destaca «la utilidad» de los perros como prueba de 'screening' para llegar antes al diagnóstico. «Detectar la enfermedad en algunos casos es como encontrar una aguja en un pajar. Ellos nos señalarán si un pajar tiene aguja. Supondrán un instrumento más para avanzarnos a la patología y evitar cuadros más graves», dice Carmona.
El objetivo de la primera fase del proyecto con perros, que estará cerrada antes de que acabe este año, es ver con qué grado de fiabilidad huelen la enfermedad estos animales. En una segunda fase, si se obtienen buenos resultados, «intentaremos averiguar si pueden distinguir entre diferentes tipos de endometriosis», avanza el experto. El procedimiento para la detección de la enfermedad será el mismo que usan desde el IDDT para oler diferentes dolencias. A través de juegos se entrena a los perros para que distingan entre una muestra orgánica con volálites de la enfermedad y otra libre de los mismos. A partir de ahí se les coloca en una sala blanca con varios receptáculos alineados a la altura del olfato del animal con muestras en su interior para que las olisquee y detecte las procedentes de mujeres con endometriosis.
Dispositivo tecnológico
Marga Macías, responsable del IDDT, está convencida de que el resultado del experimento será positivo. La futura aplicación en el mundo de la medicina de este nuevo instrumento, si resulta efectivo, está por determinar, aunque probablemente se traslade esa experiencia con perros a un modelo tecnológico. «No llevaremos los perros a la clínica, pero la experiencia permitirá quizás en un futuro llegar a un dispositivo de sencillo manejo, como el que detecta los niveles de azúcar, que permitirá saber a través de una muestra de sangre menstrual y en cuestión de segundos si una mujer padece endometriosis o no», coinciden Carmona y Macías. El doctor está en la fase de selección de las pacientes, entre las que habrá con cuadros severos y más leves. Una vez recogidas las muestras, un total de diez, las enviará a IDDT para comprobar cuáles pasan la prueba con canes. «Si los resultados son buenos los daremos a conocer y seguiremos afinando el proyecto», concluye el ginecólogo.