Ellos reparten el juego: los concursos de televisión solo tienen rostro de varón
de la Universidad Abierta de Cataluña (UOC) y experta de ONU Mujeres. «El hecho de que tradicionalmente las mujeres hayan sido invisibilizadas y relegadas del saber y del conocimiento científico y cultural tiene un efecto importante en el continuo ninguneo del que seguimos siendo objeto, cuando se trata de elegir modelos de referencia que representen figuras de autoridad del saber y del conocimiento».
Larga discriminación
Hubo un tiempo en que las mujeres sí habían logrado hacerse un hueco en estos espacios, y algunas fueron el rostro de concursos de cultura. Las primeras fueron Mayra Gómez Kemp en 'Un, dos, tres...' (1982-1988); Julia Otero e Isabel Gemio en el programa '3x4', cada una como presentadora durante una temporada (1988-1990); Irma Soriano en 'La ruleta de la fortuna' (1990-1991) y Elisenda Roca, como líder en 'Cifras y letras' (1994-1996). «Es una muestra del retroceso en los derechos de las mujeres a tener credibilidad, que está teniendo lugar en nuestra sociedad, en cuanto a la percepción de hombres y mujeres», mantiene Bandrés. «El tema fundamental se resume en un nombre: Elisenda Roca. Es una vergüenza que esté dando la voz en 'Saber y ganar', porque si fuera hombre presentaría un concurso».
En el nuevo siglo tuvieron presencia dos mujeres en 'El rival más débil'. Primero, Nuria González (2002-2003) y luego Karmele Aranburu (2003-2004). La última presentadora de concursos de conocimientos, y la que más tiempo estuvo en antena fue Silvia Jato con 'Pasapalabra' (2000-2005), si no se tiene en cuenta los dos meses que Nuria Roca defendió 'El millonario' en 2012. Dieciocho años después de Jato y diez de Roca, ninguna mujer ha vuelto a ser la imagen de un programa de habilidades intelectuales.
«La elección del presentador o presentadora de cualquier tipo de formato en Mediaset España nunca obedece a cuestiones de género, sino a otros muy diversos factores», responde una fuente de Telecinco. «La compañía cuenta actualmente con una presencia mayoritaria de mujeres
Ningún programa de cultura general tiene a una mujer al frente desde hace 18 años, lo que refuerza un estereotipo de autoridad masculina
DOMÉNICO CHIAPPE MADRID. Las horas de televisión
de las cadenas a nivel nacional están repletas de concursos intelectuales. En un zapping rápido aparecen en la parrilla actual 'Pasapalabra', 'Todos contra 1', 'El comodín', '25 palabras', 'Saber y ganar', 'La ruleta de la suerte', 'Reacción en cadena', 'El cazador'... Algunos se han mantenido varios años en antena, otros son formatos recién estrenados. Y todos y cada uno coinciden en un aspecto básico: el presentador es hombre. No hay ninguna mujer frente a los participantes que juegan con su mente a acertar palabras o números.
El perfil de presentador es el mismo y algunos se parecen como si hubieran sido separados al nacer, tanto en el físico como en los gestos. La mayoría tiene una edad entre los 40 y los 50 años, como Christian Gálvez (42) o Roberto Leal (43), las canas lucen y la barba se cuida aunque parezca casual de pocos días. En los extremos está Aitor Albizua (31 años) y Jordi Hurtado (65 años). El físico atlético se valora y hay dos exjugadores de baloncesto: Ion Aramendi y Jorge Fernández.
«Es el mismo modelo de presentador atractivo que transmite experiencia, del que no sabemos su identidad sexual pero parece heterosexual, de mediana edad y más o menos guapo, vestido con americana o camisa de leñador, desenfadado, que cae bien y hace bromas sin pasarse», afirma Elena Bandrés, profesora de la Universidad de Zaragoza, experta en comunicación audiovisual y violencia de género. «Responden a un estereotipo que representa roles donde el hombre
Roberto Leal, presentador de 'Pasapalabra' en Antena 3. R. C.
Jordi Hurtado. R. C.
Christian Gálvez presenta '25 palabras' en Telecinco. R. C.
tiene la credibilidad, el rigor y la autoridad. Estos concursos sirven para entretener y aprender pero destilan un machismo oculto en la figura del presentador único y su voz de mando exclusiva del hombre».
Los chicos de la tele tienen cierta experiencia en pantalla. De los
15 últimos concursos de saber que han sido emitidos en las generalistas, seis de sus presentadores colaboraron antes en programas de humor (Juanra Bonet, Arturo Valls, Goyo Jiménez, Pablo Chiapella, Raúl Gómez o Jandro). Algunos han estado en dos programas recientes casi simul
táneos, como Aramendi ('El cazador' y 'Reacción en cadena'), Bonet ('¿Quién quiere ser millonario?' y 'Boom') o Gálvez ('25 palabras', 'Alta tensión' y hasta hace un par de años en 'Pasapalabra'). «Se cree que la inteligencia es un terreno masculino», mantiene Milagros Sáinz, investigadora
presentadoras al frente de todo tipo de formatos, desde informativos hasta espacios de actualidad y entretenimiento». Las otras dos corporaciones generalistas (RTVE y Antena 3) no atendieron a los requerimientos de este periódico para explicar sus criterios de casting. Pasapalabra.
Millones de ojos ciegos
Las franjas están copadas de concursos que miden el conocimiento. 'La ruleta de la suerte' (Antena 3), 'Saber y ganar' (La 2), '25 palabras' (Telecinco), 'El comodín' (La 1), 'El cazador' (TVE), 'Reacción en cadena' (Telecinco), 'Pasapalabra' (Antena 3), '¿Quién quiere ser millonario?' (Antena 3). Hace poco eran 'Boom', 'Ahora caigo', 'El bribón', 'Código final', 'Mapi', 'Te ha tocado' o 'Alta tensión'. En las autonómicas, 'Atrápame si puedes' y todos hombres. Una pregunta de concurso: ¿Es posible que esta desigualdad suceda a la vista de millones de ojos sin resultar evidente? «Con todas las políticas de igualdad que se están llevando a cabo en los medios de comunicación, como la televisión, sorprende ver que este tipo de programas culturales no estén presentados o conducidos también por mujeres», responde Sáinz. Incluso aquellos que requieren cierta agudeza mental de nuevo cuño, como el 'Traitors' de HBO Max, tiene como presentador a un hombre, en este caso Sergio Peris-Mencheta.
Desplazadas las mujeres del rol principal, al menos no se ha reincidido con la figura de las jóvenes que solo servían de azafatas, como lo fueron Lydia Bosch o Silvia Marsó. Hoy solo queda una, Laura Moure en 'La ruleta de la suerte', como resabio de aquellos tiempos y con un rol inútil e injustificado desde que las pantallas son electrónicas y no hace falta la interacción manual. «La desaparición de las azafatas se debe a que la sociedad y las leyes avanzan», reflexiona Bandrés, «pero aunque desaparezcan las mujeres adorno como las 'Mama Chicho' tampoco tenemos ahora la relevancia para representar la autoridad en un programa de cultura general, y se refrendan los estereotipos». El reloj avanza y, aunque cambian los tiempos, la cultura en televisión se ancla al pasado.