NICHO DE MERCADO
UN GRUPO DE ESTUDIANTES DE LA UPC PROPONE SUSTITUIR LAS RUTAS MARÍTIMAS DE MEDIA DISTANCIA CON UN VEHÍCULO QUE VUELA A POCOS METROS POR ENCIMA DEL MAR.
¿Es un barco, es un avión ¡No, es un ekranoplano!
Jon Sindreu. Barcelona Durante los años 60, en plena Guerra Fría, el Gobierno soviético de Nikita Kruschev financió la construcción de un enorme vehículo marino de 500 toneladas capaz de transportar tropas a gran velocidad hasta Europa Occidental. Conocido como El Monstruo del Mar Caspio, se trataba de una mezcla de barco y avión con capacidad para volar a unos 300 kilómetros por hora, siempre a una distancia del nivel del mar inferior a 20 metros. Cincuenta años después, un grupo de estudiantes de la Universitat Politècnica de Catalunya (UPC) está convencido de que este medio de transporte, antaño llamado ekranoplano y rebautizado como Wing-In-Ground-Craft (WIG), puede ser una alternativa viable para rutas de pasajeros de media distancia.
¿Es mucho más barato de construir y de operar que un avión y mucho más rápido que un barco", remarca Sergio Sarrias, miembro del equipo Seaflight, encargado de desarrollar esta idea de negocio. Él y cinco estudiantes más de Ingeniería Aeronáutica de la UPC se presentan al certamen Fly Your Ideas 2013, organizado por Airbus, que busca iniciativas innovadoras y sostenibles para el futuro de la aviación. La principal ventaja del WIG-Craft es que consume un 50% menos de com-
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De izquierda a derecha, Marta Puigvi y Sergio Sarrias forman parte del equipo Seaflight de la UPC. /Elena Ramón
bustible que un avión, a causa de lo que se conoce como el efecto suelo. ¿Al volar cerca del nivel del mar, la mayor presión existente bajo las alas genera unos flujos de aire que incrementan la sustentación", explica Sarrias. Para hacer rentable su ex
plotación, Seaflight ha escogido el Mar Báltico. ¿Es nuestro mercado natural porque hay pocas rutas de aviación low cost y los ferrys existentes son lentos, caros y generan un gran impacto ambiental", puntualiza Marta Puigvi, también miembro del equipo.
Sus estimaciones contemplan que una flota de 18 WIG-Craft con capacidad para 70 personas cada uno podría sumar hasta 3 millones de pasajeros al año. Ello comportaría una inversión inicial de 175 millones de euros, con un coste de fabricación de 8 millones por aparato, una cifra reducida comparándola con los 65 millones para construir un pequeño avión de la serie A320. Los costes de operación se cubrirían en seis meses y la inversión se recuperaría antes de dos años.
Rentabilidad
¿No sólo nos salen los números sino que la tecnología está probada y es estable", asegura Puigvi. ¿Como todo cambio de este tipo, será difícil que la gente confíe en él y que los inversores lo vean como un negocio viable, así que estamos hablando de un proyecto a diez años vista", añade.
Actualmente, el concurso enfrenta a 102 proyectos de 48 países, nueve de ellos españoles. El ganador de la final, que se celebrará el 10 de junio, se llevará 30.000 euros y el finalista, 15.000 euros. Pese a las dificultades, el equipo Seaflight está convencido de que la resurrección del ekranoplano puede convertirse en realidad. ¿La revolución del mercado marítimo está llegando", dice Sarrias. ¿No hay momento mejor que ahora".