Dos millones de familias sufrieron pobreza energética severa
JOSÉ M. CAMARERO MADRID. La escalada de los precios de la energía que vivieron
los españoles el año pasado provocó que un 14,3% de los hogares redujeran el uso de aparatos para calentarse en invierno y para enfriarse en verano. En concreto fueron 6,7 millones de familias las que no pudieron mantener sus casas con la temperatura adecuada. El alza de la luz se ha dejado notar en los hábitos de los ciudadanos que, más allá del uso eficiente o del ahorro moderado, les ha llevado a desconectar esos aparatos que usan habitualmente. Si el recibo era inasumible, directamente optaron por dejar de usar la luz. Ese porcentaje del 14% se ha duplicado con respecto a los datos de 2019 y ha crecido en cuatro puntos desde el primer año de la pandemia. Lo ha hecho a medida que han crecido los precios, según el informe sobre pobreza energética elaborado por la Cátedra de Energía y Pobreza de la Universidad Pontificia Comillas.
Ese estudio revela que dos millones de hogares (un 10,3%) sufrieron pobreza energética oculta severa en 2021. Esto es, familias que gastan menos de la cuarta parte de lo que realmente necesitan para cubrir sus necesidades. Según concluye la cátedra, sin las medidas implementadas por el Gobierno, la pobreza energética oculta severa en 2021 habría alcanzado a 200.000 hogares más.
Por otra parte, 4,5 millones de personas (un 9,5% de la población) no pagaron facturas energéticas en fecha. Estos retrasos se «estancan» respecto a 2020, mientras que el porcentaje de hogares que mantenían una temperatura inadecuada aumenta casi cuatro puntos, es decir, 1,6 millones de personas más que en 2020 y el doble que en 2019.