Ahogados por la factura energética
El Gobierno ha puesto en marcha algunas medidas para mitigar el impacto de los precios en las familias, pero son insuficientes
E l escenario inflacionista que padece todo
el mundo ha hecho que la vida sea mucho más cara y tensiona cada vez más la eco
nomía de las familias, que ven cómo su factura energética se ha disparado hasta niveles nunca antes vistos. Una situación que supone una auténtica bomba de relojería para los hogares, sobre todo a las puertas del invierno. Se trata de un asunto que castiga a todas las familias, pero que se torna insostenible en demasiados casos. De hecho, un informe elaborado por la Cátedra de Energía y Pobreza de la Universidad Pontificia Comillas asegura que la escalada de los precios de la energía que vivieron los españoles el año pasado provocó que un 14,3% de los hogares redujera tanto el uso de aparatos para calentarse en invierno o enfriarse en verano que no pudieron mantener en las condiciones mínimas esas estancias. En concreto, fueron 6,7 millones de familias las que no pudieron mantener sus casas con una temperatura adecuada. Ese estu
dio revela que dos millones de hogares (un 10,3% del total) sufrieron pobreza energética oculta severa en el año 2021. Esto es, familias que gastan menos de la cuarta parte de lo que realmente necesitan para cubrir sus necesidades energéticas. Los ciudadanos ya han comenzado a cambiar sus hábitos y a revisar determinadas rutinas con el objetivo de reducir el gasto, como llenar más los electrodomésticos o regular la temperatura de la calefacción y el aire acondicionado. También es verdad que el Gobierno ha puesto en marcha una serie de medidas para tratar de mitigar el impacto de la subida de los precios de la energía en las familias, como la bajada del IVA del 21 al 5% en la luz y el gas, la reducción del impuesto de electricidad del 5,11% al 0,5% y la bonificación de 20 céntimos al combustible, pero la realidad demuestra que son insuficientes. Habrá que buscar más alternativas para que la factura energética no arruine a las familias. Ni a las empresas.