DANIEL DOMÍNGUEZ
SANTIAGO
La guerra de Ucrania causada por la invasión rusa a comienzos de año disparó el precio de la energía y alimentó la crisis inflacionista hasta situarla en el punto más alto en cuatro décadas. Más de 353.000 gallegos afrontaron esta situación en riesgo de pobreza energética, casi 93.800 más que antes de la pandemia de COVID que en el año 2020 paralizó la economía mundial durante meses.
La Asociación de Ciencias Ambientales define la pobreza energética como "la situación en la que un hogar es incapaz de pagar una cantidad de energía suficiente para la satisfacción de sus necesidades domésticas y/o cuando se ve obligado a destinar una parte excesiva de sus ingresos a pagar la factura energética de su vivienda". Uno de los principales indicadores que permiten calibrar el impacto de esta precariedad sobre la ciudadanía es la Encuesta de Condiciones de Vida elaborada por el Instituto Nacional de Estadística (INE), que recoge en un apartado específico la cifra de personas y familias que son incapaces de mantener su vivienda a "una tempera
La pandemia aumentó en 94.000 personas la pobreza energética, el máximo en seis años
Más de 353.000 personas en Galicia no podían mantener su hogar a una "temperatura adecuada" antes de que estallase la crisis energética de este año
Un hombre acciona el interruptor de la luz. // A- Ortega / Europa Press
tura adecuada", bien porque residen en un piso con un deficiente aislamiento, bien porque carecen de recursos económicos suficientes para pagar el recibo de la luz o
el gas y optan por no encender radiadores o calefacción.
Galicia registró el año pasado la cifra más alta de este tipo de pobreza energética, con un 13,1% de sus
ciudadanos sin capacidad para tener su vivienda a una temperatura adecuada, el doble que antes de la pandemia y más de tres puntos por encima del 9,6% de 2020. Se trata
del dato más alto desde 2016. En términos absolutos, ese 13,1% suponen 353.000 ciudadanos, 93.754 más que solo un año antes.
Por hogares, el porcentaje alcanza el 13,8% frente al 9,8% de 2020, lo que supone 150.674 familias frente a 107.000.
A las ayudas estatales del bono social se unen las autonómicas, que el pasado abril alcanzaron a 66.400 gallegos, que percibieron entre 228 y 473 euros para abonar el recibo eléctrico, en función de si la familia es considerada vulnerable o muy vulnerable y de la zona climática de la comunidad gallega donde se resida.
Estudio de Comillas
El porcentaje de pobreza energética obtenido a partir de los datos del INE es similar al reciente estudio Informe de Indicadores de Pobreza Energética en España 2021, elaborado por la Cátedra de Energía y Pobreza de la Universidad Pontificia de Comillas. La comunidad gallega presenta un gasto energético desproporcionado en el 15% de hogares, entendido este como un desembolso "excesivo que le obliga a prescindir de otros elementos básicos de la cesta de necesidades".