Ocho millones de personas sufren pobreza energética en España
l Un estudio señala que 4,2 millones de habitantes no pagaron a tiempo sus facturas en 2022
Agencias MADRID
Las personas que no pudieron pagar en fecha sus facturas de energía en 2022, el año más agudo de la crisis energética, fueron 4,2 millones y ese mismo año casi ocho millones no pudieron mantener una temperatura adecuada en sus hogares, según un estudio de la Cátedra de Energía y Pobreza de la Universidad Pontificia Comillas. El Informe de Indicadores de Pobreza Energética en España de 2022, dado a conocer ayer, indica que en ese año el número de hogares que no podían ser calentados adecuadamente creció hasta el 17% del total; mientras que el retraso en el pago de facturas se mantuvo en torno al 9%.
A pesar del escenario de altísimos precios de la energía que se vivió en 2022, la pobreza energética oculta (hogares donde el gasto en energía es significativamente bajo) no aumentó, pese a que se mantiene muy alto, con más de 4 millones de personas en esa situación.
En 2022, un 11,8% de los hogares de España tenía un gasto insuficiente en energía (por debajo de 382,5 euros al año).
Además, un 16,8% tenía que dedicar una cantidad desproporcionada al gasto en energía con respecto a sus ingresos (por encima del 9,8% de sus ingresos).
M. G.
Una mujer se calienta junto a una estufa.
11,8%
Hogares españoles. Es el porcentaje de familias con gasto insuficiente en energía en 2022
En un año de altísimos precios de la energía, un 30,9% de hogares incurría en lo que se clasifica como pobreza energética estándar, un indicador que fue en 2022 especialmente alto porque muchos hogares rebajaron su consumo por los altos precios de la electricidad y el gas que se dispararon con la guerra de Ucrania.
Pero los hogares que sin un confort mínimo por no poder gastar en energía, los que están en lo que se denomina pobreza energética oculta severa, ascen
dieron a un 10,6% de los hogares, bajando algo en 2022.
El informe señala también que las medidas de protección social que desplegó el Gobierno para paliar el efecto de la subida de los precios de la energía, como el incremento de los descuentos del bono social eléctrico y la cuantía del térmico, consiguió reducir la brecha de pobreza energética en los hogares más desfavorecidos. El Gobierno amplió los descuentos del bono social, que pasaron del 25% que tenían en la factura de la luz los consumidores considerados vulnerables al 40%, y del 65 al 80% para los vulnerables severos, en tanto que la partida para el bono térmico (una transferencia de ayuda directa para gastos en calefacción) se triplicó.
Según el estudio, que no analiza el consumo de energía para
transporte, como los carburantes, sin el refuerzo del bono social, el porcentaje de hogares en pobreza energética en 2022 hubiera sido superior.
En el caso de la pobreza energética estándar, el porcentaje de hogares afectados se hubiera elevado a un 31,3%, frente al 30,9% registrado, y en el caso de la pobreza energética oculta severa hubiera afectado a un 10,9% de hogares frente al 10,58% en que se quedó. Además, según el estudio, las ampliaciones del bono social también contribuyeron a reducir la brecha de pobreza energética (la diferencia entre los gastos reales en energía de un hogar y el debería haber tenido) en los hogares más desfavorecidos en un 13% y estuvieron cerca de cubrir la mitad de su gasto energético requerido.