Cuatro millones de personas no pagaron sus recibos de la luz en fecha en el 2022
REDACCIÓN / LA VOZ
Alrededor de 4,3 millones de personas no pagaron facturas energéticas en fecha y casi ocho millones no pudieron mantener una temperatura adecuada en sus hogares durante el año 2022, un ejercicio marcado por los altos precios y la guerra en Ucrania. Así se recoge en el Informe de Indicadores de Pobreza Energética en España, publicado por la Universidad Pontificia Comillas. Los autores del informe subrayan que la pobreza energética escondida severa, «aun manteniéndose en valores inasumibles -más de 4 millones de personas-, no aumentó, a pesar del escenario de precios tan crítico». Detrás de esta coyuntura se encuentra «el paquete de medidas de protección social desplegado, destacando el incremento en las cuantías de los bonos sociales eléctrico y térmico, que consiguió reducir la brecha de pobreza energética en los hogares más desfavorecidos (la diferencia entre los gastos reales y los que deberían haber tenido) en un 13 %». En 2022, un 11,8 % de los hogares de España presentaron un gasto insuficiente en energía -por debajo de 382,5 euros al año- mientras que otro 16,8 % tuvieron que dedicar una cantidad desproporcionada al gasto en energía con respecto a sus ingresos (por encima del 9,8 % de sus ingresos). En casi un tercio de las viviendas del país se incurrió en la denominada pobreza energética estándar, un indicador que fue en el 2022 especialmente alto porque muchos hogares rebajaron su consumo por los altos precios de la electricidad y el gas que se dispararon con la guerra de Ucrania.
No obstante, según el estudio, «el aumento en el gasto no se tradujo en una mejora del confort en nuestras viviendas, fue íntegramente dirigido a cubrir el aumento de los precios de la energía».
El director de la Cátedra de Energía y Pobreza de la Universidad de Comillas, Efraim Centeno, lamentó que los indicadores de pobreza energética sigan altos en España. Por su parte, José Carlos Romero, coordinador de la cátedra, manifestó que el bono social no llega a todos los que debería llegar y cree que no basta para acabar con la pobreza energética, sino que hace falta también una política de rehabilitación de viviendas.